Estás embarazada, aún no te has hecho a la idea del nuevo
estado, y de repente, abres tu armario y
ya no te sientes a gusto en tu ropa….
En un principio pensaba que el
embarazo no iba a cambiar mi vestuario, y que ya al final, cuando tuviera una
gran barriga, no me quedaría más remedio que tener que recurrir a alguna de
esas prendas tan terribles que se vendían para embarazadas… pero cuál fue mi
sorpresa que estando de apenas 8 semanas no había manera de abrocharme unos
vaqueros….la incipiente barriga pedía paso a gritos, y es que hasta la
cinturilla elástica de los leggins me resultaba insoportable…
Entonces acepté que, aunque no quería renovar mi armario, sí era el momento de enfrentarme al
maravilloso mundo de la moda premamá, nunca entendí que aquel estado de buena
esperanza transformara a algunas chicas, que de repente se ponen años encima,
vistiéndose cuales señoras recargadas, como si el embarazo les hubiera quitado la frescura
de su juventud, así que, resistiéndome a caer en la típica tienda de ropa para
embarazadas, decidí darme una vuelta por mis establecimientos de compra
habituales donde encontraría ropa normal, con una talla mayor y asunto
arreglado.
Cuál fue mi sorpresa que, al visitar Zara, habían retirado la
ropa premamá y que aquello de “Zara mum”
ni existía ya, ni por el momento volvería a recibirse nada, así que con el
primer desencanto continué visitando el resto de tiendas de las cadenas de moda, y una tras otra me encontré con la misma situación. Aquel
día me volví disgustada a casa, el imperio Amancio me había fallado, las
embarazadas no teníamos derecho a seguir la moda con nuestra incipiente y
creciente barriga.
Aceptando mi derrota decidí darme una vuelta por las tiendas
premamá y me reafirme en el hecho de que
jamás me metería en ninguna de aquellas prendas ñoñas, desproporcionadas de talla y faltas de gusto,
sentía que todas las embarazadas, sean del estilo que sean, tendrían que ir
vestidas igual, tallas enormes, pantalones demasiado anchos, volantes, lazos…. He
de reconocer que alguna prenda podía salvarse, pero no terminaba de
convencerme.
No podía ser tan difícil, mi armario se compone de básicos
combinados con accesorios de moda, así que finalmente encontré en H&M
algunos leggins, jeans ajustados… con los que gracias a ese añadido tipo bolsa
cual “mamá canguro” me sentía realmente cómoda, sin renunciar a mi talla. Así
que, más animada, decidí volver por Zara y elegí algunas blusas de seda, que,
con una talla mayor y siendo sueltas podría llevar durante al menos la primera mitad
del embarazo…
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